Día Internacional del Hombre

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Por Marcela Romero | Gerontóloga social

Ha sido muy interesante en las aulas universitarias discutir el tema de los derechos de hombres y mujeres y desconocíamos que el 19 de noviembre se celebra específicamente “El día Internacional del Hombre”. Inaugurado en 1999 en Trinidad y Tobago, fue extendiéndose posteriormente al resto del mundo. En algunos celebrándose el 19 de marzo. Ingeborg Breines, directora de Women and Culture of Peace Programme de la UNESCO lo consideró una gran idea, pertinente pues “dará un poco de balance entre géneros». Y es que luego de las innegables conquistas que como mujeres hemos tenido en función de derechos, el caso específico de los hombres, visto con la especificidad de género en un mundo cambiante, había quedado por demás generalizado en los apartados constitucionales y del derecho humano. No digo que aquellos dejaran de proceder, sino que realmente no estaban siendo re-contextualizados.

La Conmemoración del Hombre pretende abordar temas de salud de varones jóvenes y adultos, resaltar el rol positivo y las contribuciones que los varones hacen diariamente tanto a su comunidad como a la sociedad, promover la igualdad de género y celebrar la masculinidad. Anteriormente los derechos de los ciudadanos hombres y mujeres, parecían desdibujar realmente a unos y a otros.

Es por ello que nos complace hoy hablar de los derechos del hombre, no como producto de una generalización, sino del hombre varón, en cualquiera de sus formas de sus roles y formas de expresión de sexualidad. Lo consideramos un avanza que aún falta por difundir y ratificar. Con todo, el nivel de reconocimiento de este día es mucho menor al del análogo Día de la Mujer, que tiene carácter oficial en muchos países.

Así pues, enunciamos los “6 pilares” del Día Internacional del Hombre, que son:

  1. Promover modelos masculinos positivos, no sólo estrellas de cine y deportistas, sino también hombres de la vida cotidiana, de clase trabajadora, que viven vidas dignas y honradas.
  2. Celebrar las contribuciones positivas de los hombres a la sociedad, comunidad, familia, matrimonio, cuidado de niños y el medio ambiente.
  3. Centrarse en la salud y el bienestar social, emocional, físico y espiritual de los hombres.
  4. Poner de relieve la discriminación contra los hombres, en las áreas de servicios sociales, las actitudes y expectativas sociales y la ley.
  5. Mejorar las relaciones de género y promover la igualdad de género.
  6. Crear un mundo más seguro y mejor, donde la gente pueda estar segura y crecer para alcanzar su pleno potencial.

Cabe mencionar que dentro de las formas masivas internacionales de celebrar este día, ha sido con un evento conocido como «Movember», el cual consiste en que los varones se dejan crecer los bigotes con el propósito de hacer conciencia sobre temas de salud como el cáncer de próstata, de testículo y la depresión. Obviamente lo que importa es este trasfondo, no tanto la caracterización del movimiento. Lo señalo en aras de animar a los hombres de nuestro país a multiplicar las tareas y logros que puedan nacer de esta iniciativa. Aún la cultura latina del hombre parece hacerles detener y tropezar. Cuando hacemos promoción de eventos con visión de género para hombres, que ya se dan en nuestro estado, con frecuencia escucho decir a hombres que eso es innecesario, o que son reuniones homosexuales. Parece que la lucha por la masculinidad en los hombres latinos es un tema tabú que requerirá de tiempo.

Tema tabú es, por ejemplo, la violencia que sufren hombres por mujeres: Según la Encuesta Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo, el 78% de los jóvenes que tienen entre 15 y 24 años y que están en una relación de noviazgo es violentado psicológicamente por su mujer. Los datos revelan que 48% de los hombres han sido agredidos físicamente por su pareja y se padece más en las ciudades que en las zonas rurales del país. INEGI reporta violencia sexual, psicológica y también física en contra de los hombres, debido a que se consideran acciones violentas por parte de su pareja conductas como: impedir que salgan con amigas, el chantaje, obligarlos a que se casen, revisar su celular, etc.; acciones que son catalogadas dentro de la violencia psicológica.

Por otro lado, las adicciones representan otro grave problema de salud para cientos de mexicanos, toda vez que la Encuesta Nacional de Adicciones (ENA) 2012 detalla que la dependencia al alcohol aumentó en los hombres de 8.3% en 2008 a 10.8% en 2011. Además, indica que los varones comienzan a beber alcohol a los 16 años.

Asimismo, esta encuesta señala que existen 12 millones de fumadores hombres; de estos, 1.1 millones son adolescentes. En cuanto a drogas ilegales, de 2008 a 2011 hubo un incremento en el consumo de marihuana en hombres, al pasar de 1.7% a 2.2%, y la edad de inicio de consumo se mantiene en 18 años.

Los varones en México se han enfrentado a varios males que los han perseguido desde siempre que dejan ver que no siempre es fácil ser varón. Por lo anterior, es necesario fomentar acciones y políticas integrales que atiendan las necesidades de los varones mexicanos, a fin de garantizarles mejores condiciones de vida y bienestar, toda vez que son parte fundamental de nuestra sociedad.

Mas esto no será posible si no lo impulsamos tod@s y desde nuestros hijos les sembramos la importancia de conocer y hacer valer sus derechos, de la importancia de la equidad (empezando en casa y con todas las labores domésticas), del valor de su sensibilidad como algo no penoso, y de ser como y quienes deseen ser respetando en otros y otras la diversidad.

Así pues, un abrazo a los hombres en este día y todo nuestro apoyo siempre.

Comentarios, dudas y sugerencias en marceromero70@hotmail.com Escúchanos los jueves 14:00 hrs en COMA Y PUNTO de Radio Universidad por el 89.5 fm FB COMAYPUNTO RED DE APOYO. Programa de la Licenciatura en Nutrición de la UAQ donde Marcela Romero es catedrática. M. Romero es Licenciada en Nutrición, Gerontóloga Social, docente de Bioética, Seguridad Alimentaria y práctica Poblacional. Productora y locutora de Coma y Punto. Con la colaboración para este artículo del est. Jaime Aranda.

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